Meditación y productividad

Hace mucho tiempo la meditación era un mundo completamente desconocido para mí, incluso tenía aspectos un poco irrisorios, graciosos y bastante ajenos a mi concepto de normalidad, no me veía practicando la meditación ni en el más recóndito de mis pensamientos.


Sin embargo, cuando comencé a interesarme por la productividad, por mi crecimiento personal y profesional; cuando comencé a trabajar al máximo en ser una mejor persona, en SER, y a través de mi cambio personal poder ayudar a otros, comencé también a interesarme en la meditación y la oración, como una forma de liberarme un poco de la carga y el consumo de energía al que me veía enfrentado cada día.

La meditación cuando comencé a acercarme a ella, era difícil, no porque el ejercicio de meditar sea en sí mismo algo complejo, sino porque cuando comencé me costaba mucho concentrarme, tratar de que mi mente fluyera y no dejarme influenciar por aspectos externos, incluso como el adormecimiento que en ocasiones sufría mi cuerpo en diferentes posiciones que creía yo eran las adecuadas para meditar.

Paso a paso, día tras día y como es característico de mi personalidad, con mucha disciplina fui aprendiendo que la meditación no tiene como objetivo dejar la mente en blanco, sino ser conscientes de los pensamientos que llegan a nuestra mente y dejarlos fluir, tampoco tengo que estar en cierta posición en particular para poder decir que la meditación es correcta o no, sino en una posición cómoda para el cuerpo y que te permita por un tiempo olvidarte de él.

Cuando comenzamos el camino de la productividad, la meditación es un muy fuerte aliado ya que alcanzar ese momento de consciencia plena, tranquilidad mental y orden, te permite sentir que estás al mando de la situación, que puedes afrontar las tareas que tú mismo aceptaste que ibas a realizar en ese día y momento en particular. La meditación te permite relajar tu mente y tu cuerpo, recargarte de energía y poder organizar mejor tus ideas y pensar con claridad, lo que te ayuda a definir tus prioridades, darle el valor adecuado a cada actividad y organizarlas según convenga.

Para terminar este artículo, simplemente recomiendo darle una oportunidad a la meditación, entender tu cuerpo y tu mente es fácil y fundamental para mantenerte alineado con tu destino. Comenzar a meditar así sea simplemente cinco minutos, concentrados únicamente en nuestra respiración y dejar que la mente se relaje, que los pensamientos fluyan y que el cuerpo descanse.

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